¿Cómo servir una buena caña de cerveza?

Pedir una caña es de esos placeres de la vida que hay que mantener en el tiempo. Da gusto quedar con los amigos, la pareja o la familia para tomar unos tragos de cerveza. Estamos hablando de una bebida que ha ido cautivando a todos desde el primer momento y por todas partes del mundo. Por eso es tan importante ir probando diferentes cerveza y sabores muy distintos, los cuales llegan desde cualquier parte y de áreas geográficas que ni te imaginas. Dicho esto, en algunas ocasiones, también se puede dar el caso de que alguien no tenga los conocimientos necesarios para echar bien una cerveza. Eso puede llegar a arruinar la misma porque, por ejemplo, tenga un exceso de espuma intolerable. Si trabajas en hostelería, quizá te interese saber cómo servir una buena caña de cerveza. ¡Toma nota de todo! 

Aquí tienes cómo servir una buena caña de cerveza

1. Elige el vaso correcto: Para servir una buena caña de cerveza es clave escoger un vaso que reciba bien este líquido tan preciado. La bebida del lúpulo se merece lo mejor y tú eres el encargado de dárselo. Es la manera idónea de que todos aquellos que vayan al bar puedan disfrutar de un rato agradable y unos tragos perfectos para evadirse de una dura jornada. Si es posible, tienes que hacer un esfuerzo para que el vaso en el que vas a echar la cerveza esté frío. Todos lo agradecerán. De todas maneras, no caigas en el error de ir con un vaso congelado. No merece la pena y puede trastocar el sabor y el aroma de la cerveza. Dicho esto, lo fundamental es que el vaso esté limpio y sin ningún resto de comida, bebida o suciedad. Desde luego, esto no es solo para evitar que el sabor de la cerveza se resienta, sino que es una medida clave para no caer en ningún tipo de problema de seguridad alimentaria. 
2. Vaso inclinado: Servir una buena caña de cerveza implica que tienes que saber manejar el vaso a la perfección. Una vez que te presentas delante del grifo, lo que debes hacer es inclinar el mismo. Si quieres una referencia, con hacerlo unos cuarenta y cinco grados será más que suficiente. Estarás cómodo echando la cerveza, a la vez que te aseguras de que la misma sea perfecta para consumir. ¿Por qué? Porque con la inclinación del vaso, la cerveza cae sobre la parte superior del mismo y lo hace de una manera elegante y suave, lo que permite no caer en el fallo de una caña que tiene mucha espuma, pero menos cerveza de la que quiere el cliente. Es un gesto muy rápido y sencillo y te va a servir para que las cañas que sirves sean espectaculares. Si sigues este paso, seguro que repiten contigo. 
3. Vaso vertical: Seguramente, ahora estés pensando que no tiene ningún tipo de sentido que te hayamos hablado de inclinar el vaso para pasar a hacerlo ahora de un vaso colocado de forma vertical. Pues sí, has escuchado bien. Una vez que el vaso se va llenando de cerveza, lo tienes que ir enderezando de una manera en la que la caña se sirva con soltura y con la cantidad de espuma recomendada, que son unos dos o tres centímetros. Una caña es mucho más que colocar un vaso debajo del grifo y llevar a la mesa correspondiente. Hay que poner los cinco sentidos para que sea perfecta. Si tienes la suficiente experiencia en hostelería, sabrás cómo actuar. Si estás empezando en este sector tan duro y con tanta competencia, ya tienes algunos pasos para seguir y hacerte con un hueco desde el primer momento. 

Con respecto al grifo, recuerda que debes abrirlo en su totalidad. Esto va a ayudar a que no se generen grandes burbujas, con lo que la caña será la que tenías en mente para la satisfacción del cliente. ¿Lo tienes todo claro? Seguro que, si lo haces así, tu cervecería se va a llenar. 

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